Enfermera personalizada y cambio de imágen

Pues ya os puedo enseñar lo que me han regalado mi marido y mi niña, la nueva imágen del blog, dicen que renovarse o ... y yo siempre prefiero la primera opción.

Este final de verano mi marido y yo intentamos cambiar el aspecto del blog y yo que soy una negada (en el  foro en el que participo,  muy poco últimamente por falta de tiempo y no de ganas, el banner que tengo me lo creó el administrador que como todos los miembros es un cielo, con eso os lo digo todo creo.) no pude ayudar mucho, así que me dijo que si encontraba alguien que me lo hiciera me lo regalaba. Estuve buscando y vi muchos blogs y me fijaba si ponía quién lo había diseñado, y encontré lo que quería con Elvira que creó mi mundo de fantasía en el que estoy cuando hago mis tartas, los cupcakes, cuando modelo, cuando tengo un huequito en el día y me pongo a eso, a fantasear normalmente con algo de masa. Gracias Elvira por llevar este mundo de mi cabeza al blog.

Y a otra cosa mariposa, sigo con los broches y ...

Las cosas a veces pasan cuando tienen que pasar, estoy haciendo muestrarios de porcelana para diferentes sitios que me han pedido, aún no he puesto a la venta nada. Suelo ponerme algún broche porque me gusta llevar algo mío y en un parque con mi niña una señora me dijo que era muy bonito, me puse roja y mi madre-representante comercial dijo "lo hace ella" , en ese momento me alegré de que mi hija fuera tan trasto y tuviera que ir a regañarla, porque la señora decía que le gustaba mi trabajo, que si qué manos, si me hubiese quedado me hubiese muerto de la vergüenza. Buueno al final me hizo un encargo, un broche de enfermera personalizado, con detallitos, como a mí me gustan.

El broche es para una enfermera de un hospital de Villamartín que lleva ese uniforme,  y ese es el peinado que me explicaron, espero que le guste a la destinataria del regalo, la señora que me lo encargó me ha vuelto a hacer más encargos y ya sin niña a quien regañar empiezo a sentir mi mejillas menos rojas cuando hablo con ella, y eso ya es un progreso.

Los que me aprecian me dicen que tengo que superar mi vergüenza, sobre todo cuando me dicen algo bueno, aunque yo creo que con casi cuarenta años es un poco tarde, estoy más preparada para recibir críticas que halagos qué le voy a hacer.